Descripción
En la ciudad de México-Tenochtitlán se establecieron talleres especializados en la elaboración de numerosos productos destinados al comercio o al uso exclusivo por parte de los tlatoanis. Un ejemplo de ello son los ornamentos elaborados en metales preciosos como el oro, considerado como excrecencias del sol por su intensa tonalidad amarilla. Dichas narigueras eran obsequiadas por los gobernantes a aquellos guerreros que se distinguían por su arrojo y valentía en los campos de batalla. Este ornamento, logrado por medio de las técnicas del laminado y repujado representa de manera muy estilizada las alas del insecto.